Ubicado en 'un bolsillo', en un rincón, a un costado del antiguo edificio de Fedecafé, se esconde el cálido portón del restaurante De Lola con sus vidrieras que invitan a entrar y que a la vez permiten el paso de la luz a través de sus cristales.

Este oasis gastronómico crece desde hace un año y medio en medio del concurrido sector, pero a la vez ha impuesto una diferencia en la oferta culinaria del Centro Histórico de Barranquilla

“Este es el resultado de todo un trabajo arduo, de un equipo que se esmera por producir lo mejor para nuestros clientes”, dijo a Zona Cero Zalua Chicre López, gerente De Lola.  José María Rodríguez Grosser es su socio en este maravilloso viaje gastronómico.

 

 

Poco a poco la antigua bodega de techos altos, con colores en tonos crema, con un ambiente casual de una impecable residencia hogareña, se fue llenando de comensales todos los mediodías. El propio boca a boca de sus clientes promovió a este restaurante que pasó de tener de cinco mesas a quince y a ampliar el área del local. 

“La idea del origen restaurante fue toda una búsqueda de sabores y que nuestros clientes tuvieran una opción diferente en el Centro de la Puerta de Oro de Barranquilla”, destacó Chicre.

Su gerente nació en Santa Ana, Magdalena, un municipio a la orilla del río, donde su creadora junto a su madre, quienes comandan con empatía y gracia este lugar, dieron origen a todos los aromas y los sabores tradicionales que ofrece en este local. “Aquí todo se prepara con las manos, con pasión y esencia”, resaltó su gerente.

Sobre la escogencia del lugar en el populoso Centro, Chicre comenta al principio fue una anécdota “chistosa” porque buscaban un lugar que inspirara tranquilidad y calma en una zona  tan concurrida como es el Centro.

“Queríamos que fuera bonito por su luz y por todo lo que generara cuando entraras aquí y nos enamoramos de este lugar donde transita mucha gente y que se pareciera a nosotros, trabajadores que requieren alimentos saludables para continuar su jornada”.

Natural, armonioso, con mucha ventilación donde se pasa de una atmósfera de calor y ruido a otra tranquila y fresca en cuestión segundos. Así puede describirse la experiencia de visitar De Lola.

La carta

Ofrecen desde menús saludables con base en arroces integrales, especies y verduras frescas. Su creadora detalla que sus famosos ‘bowls’ son sus “platos estrellas” y que han sido su fortaleza así como el plato de salmón con puré de papa criolla. “Lo esencial en De Lola es lo natural con comidas elaboradas en su presentación”.

Presentan el ‘bowl’ teriyaki, el de pollo, el oriental, el campesino, antioqueño con sus frijoles y el vietnamita que, de acuerdo a Chicre “gusta demasiado y es nuestra estrella dentro de los bowls. Se elabora con una base de arroz con leche y aceite de coco, zucchini, cilantro, cebolla en rama, puerro, ají asados amarillos que es una mezcla de sabores y de olores que generan una experiencia gastronómica a todo el que lo prueba”.

La presentación de los platos es fundamental y revisada minuciosamente antes de ser llevada al comensal.

“Escogemos todo desde las lechugas, la rúgula, los tomates, los colores y son como cuadros pintados y así describimos nuestros platos porque todo entra por los ojos”.

La carta no es fija y siempre está variando con los productos de la temporada. “Tenemos desde carnes hasta aves y pescados y mariscos. Nuestra especialidad son los platos saludables”.

Son cuidadosos a la hora de realizar el control de calidad a todos los productos que sirven.

“Nuestras carnes son muy magras y sanas escogidas con nuestros proveedores siempre respetando la cadena de frío del producto. Somos muy estrictos con la escogencia de los insumos con los cuáles elaboramos nuestros platos”.

En postres, De Lola ofrece una carta elaborada completamente por el chef general. Presentan un flan de caramelo con aroma a romero y un pan de maíz servido con una mantequilla preparada directamente en su cocina.

Desayunos saludables

De Lola abre de lunes a viernes desde las 8 a.m. hasta las 5 p.m. Brindan desayunos en la mañana con una amplia oferta en quibes, pastelitos de pollo, huevos al gusto, arepas de yuca, capuchinos, mocaccino y jugos naturales. Si tiene la oportunidad de visitar De Lola, recomendamos pedir su sorbete de guanábana que es realmente una delicia natural.

También se puede “tardear” en el restaurante donde el comensal puede consumir malteadas y brownies con helado, entre otras delicias.

En su proyección, De Lola desea abrir otra sucursal en un sector de amplio desarrollo urbano. “Deseamos funcionar en el Malecón a orillas del río con su brisa, su sol y con lo fresco y lo bonito que será ese lugar y queremos contribuir a generar una dinámica gastronómica en ese bello espacio”.

El restaurante tiene 15 mesas, con capacidad para sesenta personas “cómodamente distribuidas”.  Además ofrecen servicio de catering con capacidad para eventos de mil quinientas personas.

Dirección: Carrera 46 # 34b – 01

Reservas: 322 601 47 06.

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